Vengo a ti.
Mis pasos llegaron al césped mojado,
tal vez buscando el nombre y el sentir
con el que el último día te había dejado,
el día que nos vimos cerca de la lápida fría.
Cerrabas los ojos y quieta quedabas,
mientras…yo solo pensaba
en que estuvieras arropada,
que nada te faltara.
Vengo a ti nuevamente,
y quiero contarte que todos los días
al dormir y al despertarme, el primer respiro lo hago pensando,
que estés en paz y de lejos observando.
Como si desde ahora y desde siempre,
supieras de mis días, las alegrías y las sonrisas
que llevo, y en las caras de mis hijos veo,
el mejor legado que dejaste en mi vida.
Vengo a ti para siempre,
para que sepas preciosa madre
que nunca te he sentido alejada,
recordando tus palabras que me calaron profundamente.
Doy gracias al tiempo por dejarme compartir un momento,
y recordar con entusiasmo aquellos años
madre,
para el amor no hay distancias,
y vivo con alegría instantes bellos de aquellos días que contigo pasé, madre mía.
© Enrique Palma... (Derechos de autor)…27/5/2015…(inédito)