La estela de tu perfume.
Estaba yo despistado,
haciendo que pensaba
y en verdad, veía
al punto fijo
de la nada.
De repente, apareció
una gitana…
Que caminando suave,
con pasos firmes,
haciéndose dueña
del paso y el desdén de su cuerpo
paseándose a campo abierto.
Y de ella encontré
cautivante
el perfume de rosas,
que dejó en la estela
del aire que le toca.
Y al verme seducido
por su encanto,
no tuve remedio
que volver a mirarle
y encontré que embriagarse
era tan fácil…
Como verme embelesado
perdiéndome en sus aires…
Era el perfume
del que viví…
Y nunca más alejada de mi…
© Enrique Palma... (Derechos de autor)...25/2/2015…
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